LA INTUICIÓN DE ADOLFO SUÁREZ
(En la víspera del 35 aniversario de la Constitución de 1978, conviene
recordar los trabajos y el esfuerzo de un hombre cuya genial intuición política
se encuentra ahora enquistada en algún lugar de su desmemoria. Por ello reproduzco
aquí con algún retoque para actualizarlo el artículo que publiqué en La Verdad de Murcia el 18 de octubre de
2012)
Aquel día otoñal de 1979 llovía a ráfagas sobre toda la Península, especialmente
en Cataluña y en el País Vasco, pero también en un Madrid húmedo y gris cuya
temperatura máxima no sobrepasó los 12 grados. En el palacio de La Moncloa,
sede de la Presidencia del Gobierno, el equipo del presidente Adolfo Suárez
trataba de mostrar la más completa normalidad ─“tranquilidad bajo presión”, la
calificaba Eugenio Bregolat─ mientras los datos se iban colando por el teléfono
y los teletipos.