CRISTINA ONASSIS EN SU HUMILDE ANIVERSARIO
Los meses
de noviembre llevan mucha muerte en sus alforjas, no se sabe si porque el aire se enrabieta y pasa de la caricia al
alfilerazo o porque los meses del calor boreal agotan al personal y lo convierten en víctima o en verdugo. Pero desde los
primeros días, que conmemoran a todos los santos del Cielo y a todos los
difuntos de la Tierra (santos o no), basta con rascar un poco cualquier día para
encontrar un muerto de postín.
Por estas fechas se recuerdan las
muertes de, por ejemplo, el presidente John F. Kennedy, el anarcosindicalista
Buenaventura Durruti o el fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera;
o el mismo Franco o yo qué sé de gente. Solo los de las cifras redondas -20,25, 30, 50 o 100 años- suelen ser motivo de atención de obituarios y recordatorios. Tendría que ponerme a googlear en plan documentación y tampoco
viene mucho al caso. El más
humilde es también el de una millonaria, Cristina Onassis, a quien tan solo el hecho de
cumplirse el 25 aniversario de su muerte la viene a sacar fugazmente del olvido.