viernes, 8 de abril de 2016

EL CAPITAN RENAULT SE ESCANDALIZA DE NUEVO

Quizás sean ya un par de generaciones  las que disfrutan una y otra vez de “Casablanca”, la película con más frases para el recuerdo de las que me parece tener noticia. Desde el “siempre nos quedará París”, pasando por la pregunta a Rick Blaine (Humphrey Bogart) del mayor Strasser: “¿Cuál es su nacionalidad?” “Soy borracho”, o la exaltación de Ilsa Lund (Ingrid Bermang): “El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos”.
Pero fue el fantástico cinismo del capitán francés Louis Renault (Claude Rains) el que me ha servido de guía desde su primer visionado para comprender la política nacional y desde hace un tiempo, también la internacional.

lunes, 4 de abril de 2016

UNA ENTREVISTA CON LA VIUDA DE MIGUEL HERNÁNDEZ CINCUENTA AÑOS ATRÁS
                                                                      y II

  (Esta es la entrevista a Josefina Manresa, difícil por el silencio y el recelo que rodeó la que aseguran -no sé si del todo cierto- que fue la primera concedida a un medio nacional español, publicada en el número 356 de La Estafeta Literaria, el 5 de noviembre de 1966.)

Pasead por Elche, pero no lo hagáis por los concurridos callejones del centro; preferid las anchas calles sin pavimentar de los nuevos barrios y observaréis la diversidad de España: manchegos, extremeños, andaluces, murcianos. Jocosamente se dice que Elche es un detergente tan eficaz que ha dejado sin Mancha a España, pero no hay que bromear con el trabajo ni con la aventura de cada vida (…)
Las cinco de la tarde y en Elche llueve (…) Doña Josefina Manresa, viuda de Miguel, de Miguel el poeta, el pastor, sabe que llueve cuando sus ojos marrones y  profundos, casi negros, miran más allá de la ventana y tratan de sacar lágrimas del saco vacío que en otro tiempo albergó mares.
Está ahora en Elche, pero nació en Quesada, provincia de Jaén. De joven marchó a Orihuela y trabajó en un taller de modistillas, y un día, cuando Miguel pasó ante la ventana y miró hacia adentro, supo doña Josefina que se había enamorado de ella y pensó que no tardaría mucho en enamorarse de Miguel.

viernes, 1 de abril de 2016

UNA ENTREVISTA CON LA VIUDA DE MIGUEL HERNÁNDEZ CINCUENTA AÑOS ATRÁS
I

Desde hace casi 20 años yacen juntos, padres e hijo, en una tumba de mármol blanco en el cementerio de Alicante. Bajo los nombres –Miguel (1942), Manuel Miguel (1984) y Josefina (1987), por orden de fallecimiento-, tallada, una leyenda del poeta: “Libre soy, siénteme libre, sólo por amor”.
No fue en Orihuela, donde nació el poeta, ni en Elche, donde vivieron Josefina y Manuel Miguel, sino en Alicante donde reposan sus restos. Pero tampoco Orihuela ni Elche ni Alicante han sido las ciudades custodias del legado del poeta, sino Quesada, provincia de Jaén, lugar de nacimiento de Josefina y en cuyo espléndido Museo Zabaleta se encuentran todos los recuerdos del poeta, sus escritos, su vieja máquina de escribir, el retrato a carboncillo que el dramaturgo Antonio Buero Vallejo, le dibujó en la cárcel para que Manuel Miguel pudiera recordar a su padre.
El 28 de marzo se cumplieron 74 años de la muerte del poeta a causa de una tuberculosis en un reformatorio alicantino. Hoy, primero de abril, el Ateneo de Madrid celebraba la cuarta edición del libro de Josefina Manresa “Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández”, cuya primera edición, de 1980, se presentó en el mismo escenario. Ambos acontecimientos me han desencadenado, como el borboteo de la sopa, bullentes recuerdos de mi encuentro con Josefina y Manuel Miguel en su domicilio de una barriada populosa de Elche cincuenta años después.