jueves, 26 de septiembre de 2013


LA ETERNIDAD O LA GOTA MALAYA

Desde los ejercicios espirituales de san Ignacio que anualmente nos propinaban los jesuitas en el internado, el concepto de eternidad se me había cobijado en algún rincón de la memoria, a la espera, como tantas vivencias, de un catalizador que lo volviera a sacar a la luz.
En aquellas terribles jornadas en las que la Muerte, así, con mayúsculas, se enseñoreaba de nuestra adolescencia, paralizaba las manos tan pronto pretendían bajar del ombligo y protagonizaba nuestras peores pesadillas, los curas se escondían tras los flexos de modo que sólo los labios y la barbilla aparecieran iluminados en la oscuridad de la sala. Y hablaban. Más que hablar, amenazaban con todos los fuegos del infierno a los onanistas, a los elucubradores de torpes pensamientos, a los perezosos, a los onanistas de nuevo, y así sucesivamente. En aquellos ejercicios que Dios confunda uno entraba confuso, pero ligero, y salía aterrorizado y más confundido todavía. Pareciera que los acólitos de san Ignacio disfrutaran aterrorizando al joven personal con terribles ejemplos que dejaban las sábanas mojadas de pesadillas y sudoración.


viernes, 20 de septiembre de 2013


BILLY EL NIÑO: AQUELLOS POLICÍAS DE ANTAÑO

Ha tenido que ser la juez argentina María Servini de Cubría (la misma a la que en la década de 1990 el entonces periódico antimenemista Página 12 dirigido por Jorge Lanata llamaba la juez “que cubría y cubría”) quien haya venido a resucitar al temido y denostado Billy el Niño, el de los ojos saltones y cuerpo de flauta que apareció en la rueda de prensa del Ministerio de la Gobernación aquel viernes, 11 de febrero de 1977.

El entonces ministro de la Gobernación en el gobierno de Suárez, Rodolfo Martín Villa, había expuesto ante un centenar de informadores las vicisitudes de la liberación del presidente del Consejo de Estado, Antonio María de Oriol y Urquijo, y el presidente del Tribunal Supremo de Justicia Militar, teniente general Emilio Villaescusa, de las manos del siempre extraño grupo terrorista GRAPO (Grupo de Resistencia Antifranquista Primero de Octubre) que había estado a punto de desestabilizar el país.




REDES SOCIALES: ENTRE LA SOLEDAD Y LA EGOLATRÍA

El 15 de julio pasado, tras darle a la tecla Enter en mi último post sobre política española, decidí tomarme un tiempo de reflexión sobre las redes sociales a las que me había llevado mi nueva ocupación de bloguero. Mi carpeta de entrada de Outlook siguió rebosando de correos electrónicos absolutamente prescindibles y determinadas redes, como Facebook, Linkedin o Twiter me acosaban y achuchaban de manera inmisericorde para pertenecer a su cruce de mensajes o participar más activamente en él. No me dejé. Incluso opté por rebajar hasta el encefalograma plano mi participación en Facebook, tan agobiado y desorientado me hallaba. Y sigo estándolo, que conste.