EL HÉROE INSTANTÁNEO
Semanas después del aterrador caso de las tres secuestradas de Cleveland, posiblemente el peor relato periodístico de los últimos años, en el que los detalles van apareciendo sin ilación alguna, sin la coherencia que habitualmente le ha proporcionado el crimen al gran periodismo, el héroe sigue siendo Charles Ramsey que por su facilidad en expresarse en inglés acaparó los micrófonos de la Fox y contó el rescate en el que no participó.
En la imagen de la agencia AP, Ramsey relata lo
sucedido. Sus dientes desiguales, manchados de alguna sustancia rojiza,
parecían el resultado de una inexistente refriega. De nada le serviría al
dominicano Ángel Cordero reivindicar para sí la heroicidad del rescate: su
relato en español, expresado en una barriada de mayoría hispana, no pudo
competir con el barroco relato inglés de Ramsey ante un micrófono “wasp”
(blanco, anglosajón y protestante), así que éste se levantó con el santo y la
limosna, bendecido por las redes sociales y por el mal llamado periodismo
ciudadano. Lo instantáneo venció a la verdad.
Es en el asentamiento de este
presunto periodismo y en su necesidad de denuncia instantánea vía Twiter,
Facebook o Linkedin, sin cautela alguna, donde puede anunciarse el final del
periodismo clásico, el que se empeña en buscar la respuesta a todas y cada una
de las preguntas previa a la difusión de una información sólida y con
aspiraciones de veracidad (qué, quién, cómo, cuándo, cómo y por qué), el que se
abstiene de lanzarla hasta que todos los cabos están bien atados y verificados.
Tertulianos estentóreos de televisión,
muchos de ellos tan alejados del hecho cultural como los bosquimanos del
círculo polar ártico; periodistas poco formados por ausencia de mentores,
previamente expulsados a base de ERE y demás argucias laborales, y aspirantes a
“popes” del periodismo ciudadano están generando tal ambiente “periodístico”
que las encuestas sitúan a la profesión en un nivel cercano al bono basura. Lo
instantáneo está desplazando la importancia del periodismo en la sociedad a
base de convertir en insustancial lo que no sea objeto de escándalo y en
fundamental la simple anécdota, la pura filfa.
La voracidad de los medios y el
griterío circundante terminarán generando héroes de cuarto de hora cada diez
minutos para complacencia de políticos y gestores financieros que verán alejado
de sí el punto de mira del enfado ciudadano. La progresiva banalización de la
actualidad se revelará tan insufrible que volveremos al TBO y a las novelas de
quiosco en busca de autenticidad. Porque para héroes, los de Corín Tellado, los
de Silver Kane (querido Paco) o los de Marcial Lafuente Estefanía, que con sus
seis pies de estatura, sus ojos acerados, sus caderas escurridas y sus cananas
cruzadas en la cintura podían matar al maleante hasta dos veces en la misma
novela con un certero disparo en el entrecejo.
Tienes mucha razón, estimado Manolo. Pero es la "plaza de mercado" que nos han creado los "dueños" de nuestras voluntades para que no estemos muy pendientes, o lo menos posible, de lo que hacen y deshacen con las complicidades de los que gobiernan. Y me parece que la borregil voluntad de los ciudadanos de este país está más por seguir en la "plaza", quejándose de todo pero sin tener que "correr delante de los grises"
ResponderEliminarAclaro: ...borreguil...
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Eliminar¿Acaso llegamos a soñar que añoraríamos las carreras delante de los grises como símbolo de una España inteligible y nuestra?
EliminarCierto, Juan Carlos. Todavía hay voces de alerta. Hoy me ha gustado una entrevista hcha al alimón con los hermanos Javier y Jorge Martínez Reverte (hijos de Martínez Tessier)
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