jueves, 14 de marzo de 2013


CONFIRMADO: DIOS ES ARGENTINO

 
Hace décadas que los naturales del país, encaramados en su enorme y comprensible ego, tenían la certeza absoluta, los datos incontestables, la evidencia prístina (¿viste?) de que el gran Dios era argentino. ¿Qué país puede albergar en el mismo territorio y a un tiempo la demostración de la eternidad en sus manifestaciones estática (el glaciar Perito Moreno) o dinámica (las cataratas de Iguazú)? ¿Qué lugar fuera de Europa puede tener como capital una ciudad europea como Buenos Aires? ¿Qué pueblo, si no es el elegido, puede mostrar entre sus ídolos la constatación de la existencia de ese Dios argentino? A ver si no por qué al idolatrado Diego Armando Maradona se le llama “la mano de Dios”. A Maradona anda moviéndole la silla un muchacho de nombre Leo Messi que para contrarrestar lo de la mano y como reclamando su lugar eleva los índices al cielo a cada gol que marca. Puede terminar siendo “el pie de Dios” de tantos aciertos contra el arco rival.


Se puede seguir, sin mentar a Evita ni citar al peronismo: ¿qué pueblo tiene a un Borges, a un Bioy Casares, a un Julio Cortazar o a un Sábato entre sus escritores? Más aún, ¿qué país de acendrado espíritu republicano puede alardear de haber colocado una reina, Máxima Zorreguieta, en el mismísimo enclave monárquico de Europa? Es que, la verdad…

Tan asumido lo tenían en el país del Plata que el grupo musical “Villanos” llevó hace unos años al hit parade porteño el tema “Dios es argentino” que con algunos retoques cantó también el grupo “Intoxicados”: “Dios es argentino y se olvidó (…)/ Dios es argentino y se rajó (…)/ Dios es argentino como yo (…) / Dios es argentino y me cagó”

Es que lo tenían todo, aunque faltaba algo así como un representante de Dios en la tierra y la fumata blanca vino a revelarlo: el cardenal arzobispo de Buenos Aires, el jesuita Jorge Mario Bergoglio, hincha del equipo de fútbol San Lorenzo de Almagro (ni Boca ni River, ¿viste?) será el nuevo vicario de Dios con el nombre de papa Francisco. Como en idioma argentino Francisco es Pacho y por allá gustan de los diminutivos ya hay quienes a las pocas horas de la elección le llaman Papachito primero y quienes, más irreverentes, consideran que mejor debería haber tomado el nombre de Diego II (pues el primero, el innegable, es la vigente mano de Dios).

En fin, que al margen de este comentario que pretende ser festivo y a tenor de pasadas rencillas, algunas malquerencias y no pocas cuentas por ajustar pueden ir tentándose la ropa las siguientes personas y entidades: Cristina Fernández de Kirschner, el Opus Dei, los Legionarios de Cristo, los Kikos y la Curia. No sé si por este orden.

6 comentarios:

  1. De siempre se supo que Dios era argentino, aún antes de la fumata blanca.
    Ahora los comentartistas despechados le tildan de neoliberal,retrógrado, contrario al aborto y a la patria grande,y Cristina Fernández de Kirchner, histriónica como Maria Estela de Perón y antes Evita, se apresura a saludar su elección con los mejores deseos.
    ¿Qué se espera de un Papa?
    Que se enroque en la esencia más irracional y rancia.
    Asistiremos divertidos al ajusticiamiento de sus adversarios, aún desconocedores del orden.
    Se admiten apuestas!

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  2. Divertido, agudo : ¡enhorabuena! Un abrazo :-)

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  3. Festivo, pero con enjundia. Felicidades, siempre. Un abrazo fuerte.

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